miércoles, enero 10, 2007

Electrocución

Desde que me pase la noche dando abrazos me siento un tanto raro. Se ve que dar tantos abrazos sirve para cargar pilas, ya que desde aquella noche cada vez que me acerco a alguien nos damos mutuamente un calambrazo.

O tal vez suceda lo inverso: el dejar de dar abrazos hace que mi cuerpo condense energía electrostática, la cual al no encontrar ninguna vía de escape estalla al más leve contacto.

Sea como fuere, por favor, necesito abrazos!!!!

P.D: Para los que estáis lejos, que sepáis que siempre nos quedan los abrazos Wifi.

martes, enero 02, 2007

Mil y cien risas.... y abrazos

Una vez más nos despertamos en un nuevo año. Pero esta vez yo lo hago con la sensación de haberme pasado toda la noche riéndome. La verdad que el disfraz en si no era gran cosa para todo el juego que dio. Mirándolo por este lado conseguía llegar a la altura de aquel gran disfraz que fue el de Txunami.
Nos disfrazamos de mimos. Pero no de los típicos mimos, sino de mimos que van repartiendo abrazos por todo el mundo. No hay ni que decir que esta idea no es nuestra, ya que hay mucha gente que lleva bastante tiempo haciéndolo. Pero el disfrazarme de esto me ha valido para meterme por una noche en la piel de ellos. Y es algo que recomiendo.

Lo primero fue darse de leches contra paredes invisibles de camino a lo viejo. Inexplicablemente yo era el único que las veía. En una de esas una pareja comenzó a reírse, y el resto de los mimos se precipitó sobre ellos en un abrazo unánime. No hay ni que decir que la gente se quedaba a cuadros.
Más tarde, en el primer bar al que entramos me pasé todo el rato abriendo y cerrando una puerta que también solo yo conseguía ver. Y me quedaba flipado cuando la gente la atravesaba sin que a mí me diese tiempo a abrirla. Muchos agradecían tan caballeroso gesto.
Creo que nunca me ha costado tanto ir de un bar a otro. Persona que se acercaba en dirección contraria, persona a la que le regalaba un abrazo. Y hubo varias que se me acercaron pidiendo un abrazo para alguna de sus amigas. No hay ni que decir que las cuadrillas grandes dan mas trabajo que el resto, por lo cual comencé a dar el "abrazo del pulpo", el cual consiste en un abrazo entre 3 o más personas. Si no di mas de 60 abrazos en toda la noche, no di ninguno.
Se ve que esto de abrazar es algo que nunca cansa. En el autobús de vuelta a casa regale uno a todos los que se dirigían hacia atrás.
Quedó comprobado que a todo el mundo le gusta que le regalen un abrazo, aun sin conocer al que te lo regala.
Quién sabe, puede que alguna de estas noches algun@ al que se lo dí me reconozca y me lo devuelva.